La autoidentificación étnica es el proceso por el cual una persona reconoce y define su propia identidad. El proceso es esencial para una sana autoaceptación y desarrollo de la autoestima, ya que fomenta conexiones genuinas con uno mismo y con los demás.

En la autoidentificación, los individuos pueden establecer su identidad étnica y cultural según sus expresiones y herencias milenaria, ya sea montubio, afroecuatoriano, indígena, mestizo, blanco y otras.

En la parroquia de Zhud, las comunidades indígenas y los habitantes que se consideran indígenas, provienen de la antigua nación Cañari. las tradiciones, costumbres y prácticas sociales se reflejan en su herencia cultural, mostrando una conexión histórica significativa con los antepasados Cañari.

Las comunidades de la parroquia Zhud, en su mayoría, se identifican como indígenas, con 1,483 personas representando el 79%. En las comunidades de Pacay, El Jardín y Pinllón, el 100% de las familias se autodefinen como indígenas. La población mestiza, suma 393 personas, representando el 21%. En contraste, en las comunidades de Tipococha, El Carmen y Chocar, la gran mayoría de las familias se consideran mestizas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Patrimonio y Cultura, se han inventariado dentro de la parroquia, como patrimonio inmaterial, manifestaciones culturales que se detallan a continuación:

Danzante Cañari.

El danzante, guerrero y autóctono del pueblo Kañari, es un rito que viene desde tiempos inmemoriales del Hatun Cañar. Los habitantes de este pueblo, a quienes popularmente se los conoce como los “bravos cañaris”, históricamente son conocidos como grandes guerreros, excelentes artesanos, sobresalientes en la orfebrería y agricultores innatos. Aunque su presencia es milenaria en varias zonas de los pueblos interandinos y amazónicos, el registro que se hace de este rito en Cañar lo realizó “el Padre Juan de Velasco [cuando] hace alusión a la danza guerrera que los militares realizaban en julio en la llamada “Anticitua”. En esta ceremonia danzaban oficiales y soldados vestidos de gala con marriones (planta nativa) dorados, plumajes, joyas y armas bruñidas resplandecientes, labradas en cobre. La música se hacía con tambores, flautas y pífanos.

Las armas eran golpeadas al son de la música. Los Cañaris gustaban del lujo y de los adornos en piezas de oro como pendientes, manigüeras y diademas. Los actuales danzantes usan espejos para simula el brillo metálico de la luz solar o lunar sobre sus adornos” (Zaruma, 2006, p. 421 y 422).  En este mismo sentido, en otro estudio se dice que el danzante “es de carácter exclusivamente ritual; se baila suelto y formando círculos, dentro del círculo se encuentra un indígena que da órdenes. Un tambor y una flauta generan música y compás para el baile. Los adornos corporales son con sonajas y la vestimenta es muy vistosa. Este ritmo está en compás de 6/8; de ritmo alegre y pintoresco, muy especialmente en la serranía y en la región oriental” (Alva y Vásquez, 1991, p. 131). Dentro de la Parroquia Zhud los portadores son: 

  • Manuel Jesús Naula Mayancela
  • Manuel Espíritu Quishpe Quishpe.
  • Manuel Jesús Pablo Hualpa Naula

Mama Danza Cañari 

Se reconoce socialmente a la Mama Danza como una manifestación cultural del pueblo Cañari, de carácter intergeneracional y de alta vulnerabilidad. Consiste en un ensamble de Danzantes pares, a los que se le llama Wawa Danza, Alli Danza, Tundunchil o ángeles, quienes se desplazan grácilmente siguiendo diseños coreográficos a la orden sonora de instrumentos interpretados por un músico al que se le denomina Mama Danza o cajero mama, el cual carga en su espalda un bombo que lo interpreta con un percutor accionado por una mano, mientras que con la otra mano sostiene una flauta con embocadura denominada pinkullu, con el que interpretan las melodías para la danza. Es la autoridad que decide que lo que se danza. En esta manifestación se integran expresiones sonoras como dancísticas donde se plasman en gran magnitud el mestizaje cultural entre elementos cañari, inca y español.

Una investigación etnográfica de la Mama Danza realizada por Carlos Álvarez Pazos (1980), realizada en Socarte, documenta sistemáticamente la religiosidad de la fiesta del Corpus Christi, como un acto de gratitud a la tierra o Pachamama por las cosechas recibidas, estableciéndose como un factor de reciprocidad. En esta fiesta, la mama danza alcanza mayor representatividad e importancia tanto porque forma parte crucial del entramado social de la comunidad como por su participación directa en espacios exclusivos como la liturgia religiosa católica; en este último espacio, los danzantes cañaris son la representación de los ángeles, guerreros de Dios que dan culto a la Virgen hace alusión a la danza guerrera que los militares realizaban en julio en la llamada “Anticitua”. 

Gakradanza-Uraloma

Los danzantes actualmente son seis más el músico. Tres adultos y tres niños. Hay que resaltar que en esta danza sólo participan hombres. A estos danzantes se los llaman wakradanza. Participan en las festividades del Corpus Christi, Octava, Fiesta de la Virgen de la Inmaculada, Señor de Guachapala, San Antonio.

La danza cañari antiguamente era bailada por los taitas. Juan Manuel Quizhpi fue bailador y ahora tiene 66 años. Éste aprendió de su papá. Esta danza es una herencia que se transmite de generación en generación familiar. Dentro de la Parroquia Zhud los portadores son:  Manuel Jesús Naula Mayancela Y Manuel Espíritu Quishpe.

Medicina Ancestral

La medicina ancestral en la parroquia de Zhud es una práctica fundamental que preserva y utiliza conocimientos tradicionales transmitidos de generación en generación. Esta forma de medicina se basa en el uso de plantas medicinales, rituales y terapias naturales para tratar diversas enfermedades y promover el bienestar. Las comunidades indígenas, en particular, valoran profundamente estas prácticas por su conexión con la naturaleza y la espiritualidad. Además, la medicina ancestral complementa los servicios de salud modernos, ofreciendo una alternativa culturalmente relevante y accesible.

La preservación de estos conocimientos es vital para mantener la identidad cultural y la salud integral de la población. En total en la parroquia existen 30 personas que aplican la medicina ancestral, el 87% son mujeres, mientras que el 13% corresponde a hombres (sobadores y curanderos). La medicina ancestral es uno de los pilares de la cosmovisión del pueblo Cañari y rescatar la práctica junto con la transmisión de conocimiento a las nuevas generaciones es importante pues fortalece la identidad cultural y el bienestar integral de la comunidad. 

Un espacio público es un área física, como una calle, plaza, parque o acera, que está abierta y accesible al público en general. Estos espacios están destinados al uso y disfrute común, fomentando la interacción social, el esparcimiento, la expresión cultural y el ejercicio de derechos ciudadanos como la libertad de expresión y reunión. Su gestión suele ser responsabilidad de autoridades públicas locales y su diseño busca promover la inclusión y la convivencia entre las personas.

En la parroquia Zhud se ha definido como espacios públicos a:

  • Casas Comunales
  • Canchas Deportivas

  • Iglesias
  • Cementerios

Se identificaron un total de 14 casas comunales, siendo la comunidad de Tampanchi la única que no dispone de este equipamiento. Además, se encontraron 11 canchas deportivas, algunas de las cuales están techadas y otras no. Asimismo, se detectaron 11 iglesias católicas y evangélicas. Por último, se registraron 5 cementerios en toda la parroquia, en cuanto al albergues, no existen en la parroquia.

En el centro parroquial, además de los equipamientos anteriormente mencionados, también podemos encontrar los siguientes: un coliseo, la sede de la junta parroquial, la sede de la junta de agua, la plaza de la interculturalidad, los baños públicos y el centro de acopio de leche. Para determinar el área de cobertura de los espacios públicos, nos hemos basado en el radio de influencia según la información del Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) del Cantón Cañar.